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05 de Marzo, Día Mundial de la Eficiencia Energética

Por: MSc. Ing. Mónica Rosario Berenguer Ungaro

El 05 de marzo del 1998, se celebró en Austria la Primera Conferencia Internacional de Eficiencia Energética, participaron más de 350 expertos en diferentes áreas como ingeniería, climatología y ambientalistas, se debatió sobre la crisis de la energía y sobre la eficiencia energética como una de las posibles medidas necesarias para combatirla. Esto marcó la necesidad de declarar un día en el que se reflexionara sobre nuestros hábitos de consumo y el uso que le damos a los recursos energéticos, es por esto que desde ese mismo año, todos los 5 de marzo se celebra el DÍA MUNDIAL DE LA EFICIENCIA ENERGÉTICA.

Como de reflexionar se trata, es importante señalar uno de los resultados obtenidos por el Centro Nacional de Electromagnetismo Aplicado, ubicado en Santiago de Cuba, con la introducción del tratamiento magnético en los sistemas ingenieros. La misma ha estado acompañada de una evaluación energética, económica, social y ambiental. Esta última solo ha estado enfocada en la cantidad de reactivos químicos que se han dejado de consumir por el efecto del tratamiento magnético, incorporar en la evaluación ambiental, la utilización de la huella de carbono como indicador de carácter integrador del impacto que ejerce una cierta comunidad humana, país, región o ciudad sobre su entorno, se convirtió en un objetivo.

Para cumplir con este objetivo se tomó como base los resultados de la aplicación del tratamiento magnético en los sistemas ingenieros del Hotel Villa San Juan, de la Cadena Isla Azul. En el estudio no solo se evaluó lo que representa para la organización que introduce la tecnología, sino los kg CO2 emitidos a la atmosfera producto de la fabricación de los acondicionadores magnéticos. El estudio demostró que se deja de emitir el 10 % de los kg CO2, así como disminuyó la cantidad de reactivos utilizados por concepto de limpiezas químicas La electricidad como portador energético disminuyó en un 17.07 % promedio del consumo mensual.

Con este ejemplo se ilustra de forma muy sencilla las bondades del tratamiento magnético en función de la eficiencia energética y el cuidado del medio ambiente. Sería pertinente preguntarnos ¿Cuánto podría contribuir cada consumidor que aplique la tecnología al uso eficiente de los recursos energéticos y mejorar el medio ambiente?

III Foro de Comunicación de las Ciencias: los protagonistas tien en la palabra

En la segunda jornada de la 3ra edición del Foro de Comunicación de las Ciencias nos acercamos a sus protagonistas quienes nos compartieron sus impresiones acerca del evento.

Colegas del Centro de Estudios para Agroecosistemas Áridos (CEAAR) de la Universidad Oscar Lucero Moya, de Holguín; nos comentan:

“Vinimos aquí motivados por el tema de la comunicación. Nuestro trabajo está muy relacionado con los productores agropecuarios de la provincia. Una de las aristas que desarrollamos en nuestro entidad es la extensión agraria, que se centra en la comunicación, por tanto para nosotros, comunicar la ciencia es vital, es esencial, inclusive más que nuestra propia especialidad que es la agronomía. No puede existir desarrollo agropecuario sin comunicación, por eso estamos aquí.” Fueron las impresiones de Nelvis Almaguer Pérez, director de esta institución.

Maida Peña Borrego, especialista del CEAAR nos explica: “creo que todas las provincias del país se ven reflejadas en las problemáticas que se presentan desde la comunicación de las ciencias. La sociedad no puede tener desarrollo sin comunicación de la ciencia y la tecnología. Los especialistas a veces pensamos que con solamente obtener un resultado tenemos, sin pensar en la meta, en la población, que es la que va a apropiarse de estos resultados. Por eso es importante que los investigadores cuando oigan hablar del Foro de Comunicación de las Ciencias, acudan al evento. Quisiera que pudiera haber otras ediciones para que se continúe aprovechando el espacio y poder enlazar intereses.”

Por su parte Tatiana Pichardo Moya, trabajadora del Instituto de Biotecnología de las Plantas de la Universidad Central “Martha Abreu”, de Villa Clara; opina que eventos como este propician el contacto y la integración con especialistas de otras ramas como sociólogos, comunicadores, periodistas; y es precisamente en espacios de este tipo donde se acude a la multidisciplinariedad, algo por lo que se está abogando. “Hay que acudir a este tipo de eventos. Me parece una buena iniciativa, hace falta que se sigan extendiendo decisiones como esta a nivel de país, porque es muy oportuna. Mis impresiones son muy positivas, realmente he visto un foro de discusión, donde hay investigaciones, hay proyección, y lo que haría falta es concretar en la base la posibilidad de que las comunicaciones, los trabajos periodísticos, los trabajos de investigación, realmente se puedan generalizar para conocimiento de las comunidades universitarias y de toda la población. Donde no sea un tema lejano las investigaciones científicas, sino que se lleven a la práctica, se desempolven, se apliquen, y que pueda ser consumido por cualquier profesional, estudiante, trabajador, obrero, en dependencia de la rama.”

Una de las novedades que tiene la edición correspondiente es la presencia de estudiantes de pregrado de la Universidad de Oriente. Lianna Cardoso Tejera, estudiante de 4to año de Comunicación Social, nos relata su joven experiencia:

“Es de gran importancia para los estudiantes participar en estos tipos de evento, puesto que fortalecen nuestros conocimientos científicos que se van desarrollando desde las aulas hasta las prácticas laborales que realizamos como futuros profesionales.

“Estos eventos deberían promocionarse un poco más dentro de la comunidad universitaria, porque son pocos los estudiantes que participan como delegados o como ponentes. El Foro debería hacerse eco de la labor investigativa que realizan los estudiantes dentro de la comunidad científica, porque se realiza una colaboración con estos centros de investigación desde diferentes especialidades y contribuimos de alguna manera a hacer ciencia. Podría dársele un poco más de protagonismo a los estudiantes dentro de estos eventos, y ya sería un mérito que tendríamos dentro de nuestro desarrollo pre-profesional, entre ellos las publicaciones científicas.”

La MSc. Mónica Rosario Berenguer Ungaro, presidenta del Comité Organizador y fundadora del Foro de Comunicación de las Ciencias, plantea las experiencias del mismo.

“La 3ra edición del Foro de Comunicación de las Ciencias siempre va a representar para el centro un reto, porque ha ido ocupando un espacio en la comunidad santiaguera, y no solo en la santiaguera, sino que también se ha ido abriendo camino hacia otras provincias.

“En este evento en particular hemos podido apreciar que las ponencias han sido ampliamente debatidas, lo que demuestra la pertinencia de los temas que se han abordado. Todas las intervenciones han tenido como factor común la necesidad de utilizar como herramienta la comunicación de la ciencia no solo desde los centros de investigación en las universidades, sino en todas las entidades que han estado presentes aquí, como es el caso de los ferrocarriles, que aunque no se dedican fundamentalmente a la ciencia sí tiene resultados que dar a conocer.

“También ha sido un espacio de integración, porque ha permitido que se conozcan otros centros dentro de la comunidad que representa el ministerio de educación superior. Centro como el Instituto de Biotecnología de las Plantas de la Universidad Central “Martha Abreu”, de Villa Clara; que viene a este evento y se entera de la existencia del Centro de Biotecnología Industrial, que tienen puntos en común y sin embargo no habían coincidido en espacios especializados.

Al preguntarle acerca de los retos que tiene por delante el Foro, declaró:

“Son muchos, primero mantener el evento, que se realice una 4ta edición; ir ampliando las temáticas y continuar generando el debate y el intercambio de experiencias en la comunidad científica. En la jornada inaugural se sugirió hacer un encuentro de editores de revistas científicas, abrir el espacio a la fotografía científica, al video científico, que son también formas de divulgar la ciencia y que se están haciendo en el territorio.”

De una u otra forma, los delegados agradecieron espacios como este, que permiten el debate abierto entre investigadores, comunicadores, y demás especialistas afines, que puedan enlazar perspectivas en la divulgación científica. Los presentes abogaron para que ciencia y sociedad formen un interesante binomio hacia el desarrollo sostenible, y hacia una comunidad capaz de reconocer en la producción de conocimientos socialmente apropiados la ventana hacia un futuro con una mejor calidad de vida.

Con la colaboración de Mailen Portuondo Tauler, estudiante de Periodismo de la Universidad de Oriente

¿A cuántos árboles equivale un magnetizador?

Esta fue una de las preguntas a la que intentó dar respuesta la MSc Mónica Berenguer Ungaro, como parte del trabajo “Otra mirada para evaluar el impacto ambiental del uso del tratamiento magnético en sistemas”, realizado en coautoría con la Ing. Rebeca Conde García y el MSc Douglas Deás Yero y presentado en la primera jornada del Forum de Ciencia y Técnica del CNEA.

Forum Ciencia y Técnica CNEA

¿A cuántos árboles equivale un magnetizador?, se pregunta la MSc. Mónica Berenguer Ungaro

La idea del trabajo nació, según explica la MSc. MónicaBerenguer, a raíz de la lectura de un artículo publicado en “Energía y tú”, revista científico-popular del grupo CUBASOLAR[1]; que los incentivó a investigar y cuestionarse ¿cómo puede contribuir a la huella ecológica el uso de los acondicionadores magnéticos en los sistemas ingenieros?

Se dieron entonces a la tarea de intentar motivar a los investigadores de la institución sobre la temática de la huella ecológica, con vistas a insertarla como una variable de investigación siempre que sea pertinente, comentó tambiénla MSc. Berenguer.

No cabe duda que ese primer objetivo se cumplió sobremanera, tal y como evidenciaron las disímiles intervenciones que despertó en el auditorio la presentación de la también docente de la Universidad de Oriente.

De forma muy amena y didáctica, los autores del trabajo se basaron en los resultados obtenidos a partir de la aplicación del tratamiento magnético a los sistemas ingenieros del Hotel “Villa San Juan”, en la ciudad de Santiago de Cuba; para determinar cómo el uso de esta tecnología se refleja en la huella de absorción de carbono[2] dejada por esta instalación turística.

Según se recoge en el trabajo realizado por los investigadores del CNEA, sólo por concepto de consumo de energía (826 632 kWh), en un año la Villa “San Juan” emitía a la atmósfera un equivalente a 409 182,84 kgde CO2, antes de la instalación de acondicionadores magnéticos en sus sistemas ingenieros Esto a su vez equivale a un total de 20 459 árboles necesarios para absorber esta cantidad de carbono emitido.

Tras la puesta en funcionamiento de los dispositivos magnéticos el Hotel “Villa San Juan” redujo su consumo de energía en 79 335kWh, es decir, dejaron de emitir por este concepto 39 280.725 kgde CO2, o lo que es lo mismo, fueran necesarios 1964 árboles menos para absorber sus emisiones de carbono.

Pero no bastaba con conocer el efecto del tratamiento magnético en los sistemas ingenieros sobre la huella de absorción de carbono de la instalación hotelera; sino que los autores también se preguntaron ¿cuál sería la huella ecológica (en concepto de emisiones de CO2) de la construcción de una magnetizador en las instalaciones del CNEA?

Para la fabricación de un magnetizador en el CNEA se consume 1.16 kWh, explica la MSc. Berenguer. Si tenemos en cuenta que se instalaron 18 de ellos en la Villa San Juan, significa que en total se consumió 20,88 kWh; lo que equivale a una emisión de 10,34 kgCO2 a la atmósfera. Luego, para absorber esta cantidad, sería necesario menos de un árbol, exactamente ¡0,51678 árbol!

Esto significa, dice Mónica Berenguer, que la huella ecológica de la fabricación de un equipo magnetizador es ínfima, respecto a los beneficios que el uso del tratamiento magnético en sistemas ingenieros puede significar para la disminución de la huella ecológica de las industrias.

Aunque reconoce que existen otros aspectos involucrados en la huella ecológica de esta tecnología que no fueron analizados en el trabajo, Mónica asegura que los próximos pasos serían “establecer una guía para el cálculo de la huella ecológica que provoca la aplicación del tratamiento magnético en los diferentes sistema y de esta forma evaluar el verdadero impacto medio ambiental” de esta tecnología.

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Primera jornada del Forum de Ciencia y Técnica en el CNEA

Otros diez trabajos se presentaron en la primera jornada del más masivo de los eventos científicos en Cuba.

Resultados de investigaciones básicas, estudios preliminares en el uso del agua tratada magnéticamente en cultivos de plantas de tilo, soluciones para mejorar el funcionamiento de servicios y procesos de la entidad; así como la experiencia de la sustitución de importaciones en una empresa mixta cubana, como consecuencia de la instalación de acondicionadores magnéticos en sus sistemas ingenieros; marcaron las presentaciones y debates que tuvieron lugar en el Salón de Protocolos del CNEA.

Cada exposición fue analizada por un tribunal encabezado por el Ing. Arístides Berenguer Maurant; personalidad del movimiento del Forum, y exdirector de nuestra entidad.

Para hoy se espera la presentación de otros tantos trabajos en los que sobresalen varios encaminados a dar respuesta a necesidades de la institución; objetivo permanente de las jornadas de ciencia y técnica que cada año reúne el movimiento del Forum en todo el país.


[1] Eduardo López Bastida. “La huella ecológica como indicador de sostenibilidad”. En Energía y tú, Nº54 (abril-junio, 2011), pp:35-37

[2] Huella de la absorción del carbono: Calculada como la cantidad de terreno forestal requerido para absorber las emisiones de Co2 procedentes de la quema de combustible fósil, cambios en el uso del suelo y procesos químicos, excepto la absorción absorbida por los océanos. Según Energía y tú, Nº54 (abril-junio, 2011), pp:26-27.